El arte es una inversión a largo plazo y es obligatorio para todo buen coleccionista asegurado.
Existen muchas razones por las cuales considerar un seguro especial para coleccionistas. En primera instancia, las obras de arte tienen un valor intrínseco, por lo que asegurarlas significa proteger el valor de las posesiones del coleccionista.
Funciona de la misma manera que con cualquier tipo de seguros, cuando algo pasa con las piezas, el cliente será compensado por ello, ya sea una pérdida total o se obtiene el dinero necesario para restaurar o conservar el objeto , explica Christiane Fischer, presidenta y CEO de AXA Art Américas.
De acuerdo con Fischer, la lógica es la misma que cuando se adquiere una casa. En caso de que sea víctima de un incendio o sea dañada por una tormenta o cualquier otro accidente o eventualidad, la idea es que obtengas una compensación por la pérdida sufrida.
Un factor importante al momento de asegurar arte es saber si cubre tanto pérdida total como parcial. El primer caso responde a un objeto que es destruido en su totalidad y no puede ser reparado o restaurado. En esta situación, el dueño de la obra recibe el valor por el cual estaba asegurado el objeto. Pero es importante considerar que si el objeto es dañado parcialmente pero puede ser restaurado, entonces el seguro debe cubrir los gastos de recuperación de la pieza. De esta manera, continúa siendo un patrimonio cultural.
Las piezas restauradas
Cuando una pieza sufre algún tipo de daño, pero es posible realizar una reparación o restauración, ésta inmediatamente tiene un valor diferente. Esto es conocido como depreciación de la obra.
Esto también se cubre con el seguro. Supongamos que tienes una pieza sin daños y está en perfectas condiciones, pero al ser transportado, quizá como préstamo a una exhibición, sufre daños de camino al museo, en este caso el seguro debe cubrir no sólo la restauración sino también lo que se percibe como pérdida de valor, pues ahora no tienes una obra prístina , explica Christiane Fischer.
Este nuevo valor es determinado por un evaluador independiente. Con una sencilla fórmula matemática, que da como resultado la diferencia entre el valor original y el de la obra restaurada se obtiene la cantidad que será recibida de la póliza de seguros.
Los accidentes más comunes
La gran mayoría de los daños a las piezas tienen lugar al momento de mover una pieza. Cuando se realiza el envío de una obra, ya sea por mudanza o porque será exhibida en alguna galería o museo, el mal manejo puede causar perjuicios. Esto puede ser debido a una caída, pero también por no ser embalada de manera adecuada.
Por otro lado, los elementos naturales también pueden jugar un papel importante en la devaluación de una pieza, más allá de un mal manejo por parte de una persona. Entre las situaciones que hemos visto puedo contar incendios, o está el caso de una colección corporativa donde los bomberos fueron llamados para atender un fuego y dañaron las piezas al entrar en contacto con sus equipos de trabajo , recuerda la experta.
Las catástrofes naturales también pueden ser causa de la pérdida de valor de una pieza o una colección. Aquí se cuentan los terremotos, huracanes, tornados, tsunamis, etcétera.
Créanlo o no, muchos daños ocurren cuando los dueños de las colecciones tienen una fiesta. Puede que alguien derrame vino tiento sobre una obra, o se recargue en una escultura, y esto también representa un problema , explica la experta.
En cuanto a las pérdidas por robo, Fischer asegura que, en su experiencia, estos eventos tienen poca incidencia, debido a que sus clientes por lo general tienen las colecciones resguardadas en espacios con buenas condiciones de seguridad, pero que cualquiera que esté considerando contratar un seguro debe considerar esta posibilidad.
FUENTE: EL ECONOMISTA